QUIERO SER LA DEL BOTIJO

Acabo de darme cuenta de que llevo 500 días sin trabajo, joder, y lo que me queda. Necesito esforzarme cada día para motivarme y no parar de hacer cosas, vamos, para que no se caiga la casa encima. La verdad en que en este tiempo no me he arrepentido ni por un momento de haber dejado el trabajo, no se si por la anemia, la esclerosis múltiple o el estrés, lo cierto es que empecé a cometer errores, lo que me producía una angustia que no me dejaba vivir. Ahora, después de 500 días, estoy empezando a encontrarme un poco mejor, vamos, que no me agobio tanto si pasa una mosca y visto lo visto he decidido que quiero ser la protagonista de la frase, “nena, trae el botijo”. Asumiendo que el último mono es el que cobra y nunca reparte (broncas) y eso básicamente es lo que necesito.

Me estoy preparando para llegar a ser la del botijo, si si para eso también hay que prepararse. En la empresa privada, siendo mujer y con la edad que tengo y que ya de por si caigo mal, no me cogen ni de coña, así que descartado, por lo que apunto a la administración y por el escalafón más bajo que esté sentado.

Voy a seguir intentado ser la del botijo unos años o hasta que la pakirrota me de una patada en el culo y muy mal se me tienen que dar las cosas para que vuelva a la informática, de hecho, cada vez que alguien me dice que le mire el ordenador que hace algo raro, me agobio y soy capaz hasta de desaparecer con alguna excusa, de hecho me deshice de programas de mantenimiento y reparación, es más me he olvidado de cómo se hace, incluso mis ordenadores están para tirarlos. Es como si me hubiera formateado la parte del cerebro donde almacenaba los conocimientos de informática.