Después de varios meses encargándome del restaurante “la parcela” encargarse quiere decir preparar la cena, servir y recoger, por fin volvemos a nuestra antigua rutina de la salida fija de los viernes, pues no sé qué es peor, casi prefiero volver a convertirme en cenicienta, ufff lo de ir de princesita y dejarme llevar no me va.
Prometo que el viernes fue mi última salida, el sábado malísima pero no es por eso, lo de que no se pueda fumar en los locales es una mierda, bueno no, eso está bien, muy bien, lo que es una mierda es que en mi minigrupo de gente fuman todas, llegamos al sitio donde vamos a cenar se encienden el cigarrito de antes de entrar y me mandan de emisaria a coger mesa, nótese que voy solita, viene el camarero a ver qué quiero y le suelto, una jarra de cerveza, una sepia, unas gambas y forro, para verle la cara, le faltaba un bocadillo de esos de los cómics encima de la cabeza, ¡¡¡qué dice la loca esta!!! Sigo sola un rato y sin cerveza claro, el camarero no tiene ninguna intención de servirme, no me hace ni puta gracia y correa tengo muy muy poca, cuanto estoy a punto de largarme entran, joder os podíais haber venido fumadas de casa, después del aperitivo pedimos algo más consistente para cenar y plof, mecagoenmiputamalasuerte, otra vez estoy sola, no espero a nadie y me como la cena, si no toda, sí una gran parte, luego nos vamos a tomar una copa y cuando yo creía que ya venían fumadas vuelven a desaparecer, me mosqueo, claro que me mosqueo y me da por pensar barbaridades, el alcohol ayuda, y a partir de ese momento ya no me viene nada bien, que se vayan a pasar la semana santa donde quieran que yo no me voy con esta gentucilla a ningún sitio, hala, ahora me voy yo, que tengáis una buena noche, pues no, para irnos nos tenemos que ir todas juntas, hostia que no quiero saber nada de vosotras.