Me toca recibir al nuevo año en pijama y no es que me haga especial ilusión pero es lo que hay. Joder es que no me queda ropa limpia.
Y mira que estoy dedicando tiempo a resolver este problema pero no acabo de ver clara la solución, de momento se me han ocurrido varias opciones, a saber, adelgazar para poder entrar en la ropa de “otras temporadas” pero esto no es viable de ninguna manera, entre la ansiedad y que la casa está llena de tromperías, pues como que no. También se me ha ocurrido comprarme ropa nueva, pero las arcas están bajo mínimos por despilfarradora. También he pensado que si me administro bien puedo estar en pijama, todavía me quedan varios limpios, hasta febrero, pero ummm tampoco va a colar porque aunque Madrid es un pueblo grande, acabo en comisaría, como dios. Otra es ponerme la ropa de mi marida, pero esto solo puede ser por encima de su cadáver. Y llegada a este punto me quedo sin ideas.
Decido estudiar el problema, es la única manera de resolverlo, saber por qué se produce, y no, no soy capaz de saber qué pasa porque yo siempre he dejado la ropa sucia en un montón, nunca he puesto la ropa en el cesto y no voy a empezar ahora, y a los dos o tres días ha aparecido limpia y doblada en el armario, y por mucho que me levante todas las mañanas con la ilusión de que todo haya vuelto a la normalidad, nada, que no, que el montón cada vez es más grande. Estoy desesperada.