Si yo los entiendo, o no, que probablente sea que no porque últimamente no entiendo nada pero lo que si veo es que todo el que se dedica a la enseñanza con chavales entre 8 y 18 está desquiciado a no ser que sea un pedazo de carne con ojos. Lo que no esperaba es tener que sufrir su desquicie a estas alturas.
A saber, tengo un profe que cuando alguien habla en clase se le pone una mirada de odio que da un miedo que te cagas, el tío dice que nos va a exigir que seamos participativos pero si participas le molesta, ufff mal vamos guapo.
Solo tengo una profe y no se, siempre espero una señora gorda, es solo que me gustan más, pues no, apareció un sable de tía con un gesto de haberse echado un buen trago inesperado de vinagre al cuerpo y con puntazo mula parda. Al principio me caía bien pero ya no. Cuidado que la señora se las trae, durante la primera clase una chica (pobrecilla) preguntó una duda, madredelamorhermoso, pero cómo se puede ser tan cafre, vista su reacción ya he tenido todas las dudas que tenía que tener durante todo el curso por mucho que la asignatura me parezca chino cantonés, que me lo parece. También juega a su favor y en mi contra que no usa libro, vaya que como te pierdas la explicación adios muy buenas, es mi caso, falté a una clase y zas, en toda la cara. nunca hubiera pensado que me descolgaría de una asignatura la primera semana pero así ha sido, no pretendo echarle la culpa a la profe, que tengo claro que la culpa es mía, es lo que tiene moverse por el mundo con un ci por debajo de setenta.
Y ya no voy a hablar de estos desquiciados más.
Después de una semana sentada sola al fondo del aula y como todo hay que decirlo, sin ver la pizarra, ya decidí con quien me iba a sentar, el elegido fue un chaval de veinte añitos escasos tímido, tímido, tímido que es justo lo que necesito, alguien que no me dirija la palabra en todo el curso de hecho, llevo dos días con él y ni nos hemos saludado.
Aunque no creo que esto me dure mucho, en los pocos días que llevo de insti la pakirrota me habrá dicho como cincuenta veces “no te vas más. Si vas a estar así no te vas más”
Después de una semana sentada sola al fondo del aula y como todo hay que decirlo, sin ver la pizarra, ya decidí con quien me iba a sentar, el elegido fue un chaval de veinte añitos escasos tímido, tímido, tímido que es justo lo que necesito, alguien que no me dirija la palabra en todo el curso de hecho, llevo dos días con él y ni nos hemos saludado.
Aunque no creo que esto me dure mucho, en los pocos días que llevo de insti la pakirrota me habrá dicho como cincuenta veces “no te vas más. Si vas a estar así no te vas más”
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