martes, 27 de abril de 2010

De cómo conocí a...

Después de leer entradas las entradas de farala y kali donde relatan como conocieron a sus suegras, he decidido copiarme pero como tengo un punto japuta voy a contar cómo la pakirrota conoció a su suegra.

Un domingo cualquiera de hace unos mil quinientos años, estábamos la pakirrota y yo en mi casa, la de mis padres, que estaban fuera, no recuerdo bien por qué, pero el caso es que no debía aparecer nadie por casa, a media mañana, nosotras en la cama todavía, tac, tac tac, cloc, clic, pon, pon, HOSTIA, MIS PADRES, el corazón al máximo rendimiento, piensa, piensa rápido, decido salir de la habitación antes de que mi madre entre, haciéndome la dormida como que me acabo de levantar y voy a recoger lo de la noche anterior, que no había nada que recoger, por entonces todavía ni comíamos ni nada, sólo follábamos, eso, que doy la cara, hablo con mi madre de vetetuasaberque. Que no era tonta, otras cosas si pero tonta no, y ya me debió notar un punto extraño.
Vuelvo a la habitación, allí estaba ella, blanca no, transparente o eso hubiera querido ella, ¿cómo salgo? Me quiero ir. Pues sólo hay una puerta, espera un poco que se van a ir enseguida, es que había elecciones y habían venido a votar. Coño, cómo se nos ha pasado ese detalle, estamos tontas (si, pero tontas tontas). La situación tenía miga, yo con dieciocho o diecinueve, prácticamente adolescente y la pakirrota cerca de treinta tacos, que decía que la iban a meter en la cárcel.
Los oímos salir, esperamos unos minutos y la pakirrota que todavía no le corría la sangre por el cuerpo y estaba como un gato encerrado, yo me voy ya.
Sale a la calle, ya he dicho que mi madre se había olido algo y oigo GLUP buenos GLUP días GLUP, la pobre casi se ahoga con su propia saliva. Ahí estaba la señora, que tenía claro que no se movía de allí hasta que no supiera lo que pasaba.

Ese fue su primer encuentro, lo que no sabía la pakirrota es que la sonrisa de mi madre no era falsa, lo tenía claro, estaba pensando “a esta se la voy a encasquetar”, que la señora estaba deseando librarse de mi.

8 comentarios:

Juli Gan dijo...

Jaaaaajajajajajaja!! Encerrona, encerrona pero en la calle. Pobre Pakirrota. ¿Y tú a tu suegra, qué?

Candela dijo...

jajajajajajajaja, me volveré bruta para decirte lo que te diría si estuvieras frente a mí: la madre que te parió, joía, que me has hecho reír a carcajadas en donde no debía a estas horas jajajajaja.

farala dijo...

anda coññño, si había elecciones y y tu eras adolescente.... entonces no hace milquienientos años, qué siempre andais presumiendo de viejas y yo os había creído!! jajajaja

Pena Mexicana dijo...

jo, porque he visto a la pakirrota vivita y coleando recientemente si no, pensaría que en ese susto se quedó de un infarto... viéndolo bien, si pasó de esa, nos entierra a todas!

María dijo...

Ja, ja, ja...

Hormiga dijo...

ottia con la suegra, qué avispá!

La Macarra dijo...

Jajaja, podía haber saltado por la ventana, eso también es muy típico, o esconderse en el armario XD

Antonia dijo...

Juli Gan, si, pobre pakirrota, todavía le dura. Lo mío no tiene gracia porque como voy por el mundo escondida detrás de mis gafas me creo que nadie me ve.

Candela, si no hicieras lo que no debes donde no debes...

farala, ¿buscando incongruencias? pues vas a encontrar bastantes

Pena, todavía le puede dar el infarto, anoche comentó la entrada como si hubiera sido ayer, se volvió a poner mala

Maria, ¿te estás riendo o no es que no te lo crees?

Hormiga, si, tela con la suegra

Macarra, hostias, no se nos ocurrió.