Hace unas semanas se nos metió una señora en casa no se muy bien cómo, el caso es que la señora en cuestión me pregunta ¿no lees? se le veía un bocadillo, de esos de los comics, encima de la cabeza (garrula, garrula) y según oí la pregunta se me vino a la cabeza un chiste, aquel en el que el papa visita Etiopía en plena hambruna y al niño que va a saludarlo al bajar del avión le pellizca la mejilla mientras le dice, tienes que comer más. Me vi siendo pellizcada por ella con un, tienes que leer más. Recuerdo que para salir de esta situación pensé sacar a la güertana chula y desafiante que mira directamente a los ojos, levanta la barbilla, adelanta el pecho y dice “no, qué pasa? pero la verdad es que mi memoria de pescao frito no me permite recordar lo que pasó.
Lo cierto es que no me había dado cuenta que había dejado de leer y realmente no se ni desde cuando, me acuerdo de los últimos que fueron tres libros que cayeron una semana que estuve encerrada, no en la cárcel, eh. Pero antes de esos me pierdo. Lamentable, verdad?
Supongo que debe ser otra consecuencia más de esa cochina manía que tengo de hacer siempre lo contrario de lo que se me dice, o dicho de otra manera, hacer lo que se espera de mí.
Dentro de pocas semanas tengo la opo y antes de ponerme con la siguiente me voy a tomar un mesecito de descanso. Para que ese tiempo no desaparezca sin aprovecharlo estoy haciendo una lista de cosas para hacer, ni en un año, por lo que ya tiene zonas preferentes, en la que he puesto algo de lectura y ya he recibido el pedido. De hecho, la semana pasada me hinqué uno, justo el que no debería haberme metido al cuerpo pero es que es lo único que me apetece leer.
Lo cierto es que no me había dado cuenta que había dejado de leer y realmente no se ni desde cuando, me acuerdo de los últimos que fueron tres libros que cayeron una semana que estuve encerrada, no en la cárcel, eh. Pero antes de esos me pierdo. Lamentable, verdad?
Supongo que debe ser otra consecuencia más de esa cochina manía que tengo de hacer siempre lo contrario de lo que se me dice, o dicho de otra manera, hacer lo que se espera de mí.
Dentro de pocas semanas tengo la opo y antes de ponerme con la siguiente me voy a tomar un mesecito de descanso. Para que ese tiempo no desaparezca sin aprovecharlo estoy haciendo una lista de cosas para hacer, ni en un año, por lo que ya tiene zonas preferentes, en la que he puesto algo de lectura y ya he recibido el pedido. De hecho, la semana pasada me hinqué uno, justo el que no debería haberme metido al cuerpo pero es que es lo único que me apetece leer.
6 comentarios:
Que suspense, ¿cúal, cuál? y ¿por qué no debias leerlo?, ¿es que está en el índice de libros prohibidos del vaticano? :D
Si te lo hincaste en una semana y no era el que tenías que meterte en el cuerpo pero es lo que te apetece... me dejas con la intriga.
Para Bianca Castafiore y Candela Cano, han de saber que ando últimamente un poco re-movida,(me han prohibido decir palota) esto no es malo, es solo que mi mujer no está para muchas alegrías y parece ser que la llevo por el camino de la amargura y el librito en cuestión tiene un tono erótico subidito.
¿la señora? ah ya, la de la serie de la primera. (esto ha sido producto de la cosecha). mmmm, no pensaste lo de garrula? mierda, le tengo que dar una vuelta de tuerca más al blog.
subidito de tono y que te has devorado en una semana... dinos el título ¡ya!
farala, si si espera que ya voy. jajajaja cada día estoy más convencida de que te lees la primera y la última linea de los post.
Publicar un comentario