ruidos

 

Allá por el 1995, cuando vivíamos en la civilización, comenzó la construcción de una casa al lado de la nuestra y después de más de dos años de soportar los ruidos que ello conlleva más las putadas del constructor, el dueño del edificio puso un bar en los bajos y colocó todas las turbinas de la aspiración bien lejos de su casa pero pegadas a la nuestra. A que lo mato, amenaza que paso de ser una descarga a algo que me planteaba realmente en serio, así que para el 1999 ya no podía estar más desquiciada, cada vez había más ruidos. Hasta que un día le dije a la pk o nos vamos de aquí o mato al vecino, bueno, no creo que siendo consciente sea capaz de matar a nadie pero mmmm dónde están los límites de lo que eres o no capaz de hacer y empezamos a ver terrenos para hacernos una casa hasta que un día mi hermano nos dijo que nos regalaba uno y que mientras nos hacíamos la casa nos podíamos ir a vivir a la suya de veraneo, acto seguido fuimos a hablar con un albañil que nos dice que volviéramos hacia el 2002, justo lo que yo estaba pensando, esperar a que un mandangas tuviera un rato, así que cuando llegamos casa me conecté a internet, mira pk qué casas más bonitas, tú estás loca, cómo nos vamos a comprar una casa de madera? Pero a estas alturas ella ya era consciente de que la cosa se estaba poniendo peligrosa y consintió ir a Madrid a verlas y como soy mala, mala, mala, me dejé para el final la que más me había gustado y claro, a ella también le gustó así que a los tres meses estábamos viviendo en nuestra nueva casa. Mi agradecimiento a este gesto de la pk es inmenso porque ella renunció a su modo de vida para que yo no acabara en Picasent.

A lo que iba es que el lugar donde vives no es lo importante, lo que importa es como te sientes en ese lugar. Y es que desde el verano he revivido aquella angustia algunas veces, una por los post de candela sobre sus vecinos ruidosos y otra, y esta es la dura, es la historia de una pareja de lesbianas francesas, que no llegamos a conocer, a las que les construyeron una pista de aeromodelismo a pocos metros de su casa, recuerdo que cuando nos contaron la historia a mi se me vinieron encima montones de recuerdos de los tiempos en los que pensaba seriamente en convertirme en asesina y ninguno bueno pero dije que admiraba a la gente que era capaz de quedarse a luchar por lo que consideraban justo, hasta que cuando estuvimos en Francia en noviembre preguntamos por ellas con la intención de ir a conocerlas, uffff, una de ellas se había suicidado. No digo que fuera por el ruido pero desde luego que ayudar no ayuda a vivir tranquilas.