domingo, 15 de agosto de 2010

El timbre de los piiiiiiiiiiiii

Hace unos años estando de compras veo a la pakirrota con un timbre en las manos ¿para qué quieres eso? Me contesta que para la puerta, la miro esperando que reaccione pero ella sigue emocionada con su timbre en las manos, a ver nena ¿qué puerta? Si no tenemos puerta. Digna de ver la cara del señor que había al lado que igual no ha cerrado la boca todavía, eso le pasa por meterse en las conversaciones de los demás.


Bueno, pues ya pusimos una puerta en la parcela y claro también pusimos un puto timbre que en verano no deja de sonar. No, no me molestan las visitas, que yo me voy a mi pocilga a ¿estudiar? Me molesta que suene el timbre por la zapatiesta que hay que liar para poder abrir porque los perros locos que tenemos se quieren echar en brazos de las visitas y teniendo en cuenta que normalmente van chorreando no es muy agradable.



He pensado en poner un horario de visitas en la puerta pero parece que eso entra en la categoría “sin filtro”.

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